Un Cuento En el Metro
En ocasiones disfruto mucho viajar en metro, observar por la mañana los rostros adormecidos de cientos de personas, mas llenos de pereza que de sueños, caminando casi de manera marcial unos detrás de otros, tomados de donde les es posible para no caer con la inercia del movimiento de los trenes incluso asidos de pequeñas ilusiones y esperanzas.
Como de costumbre, hoy realice la rutina clásica de camino a la fabrica, compre el periódico del día, pero no el amarillista sangriento, sino el de centro derecha izquierda (Como ellos mismos se definen) que me encanta por sus columnistas, camine por los andenes con calma para leer la pagina principal, sin cambios importantes respecto al diario de ayer, baje por las escaleras echando un vistazo a la masa amorfa que se amontonaba para entrar en los vagones en busca de una mirada conocida, al no encontrar a nadie, aborde acomodándome para seguir con mi lectura.
Transcurridas un par de estaciones de reojo pude observar una bella figura y la ráfaga aromática que desprendía tan lindo cuerpo me hizo de inmediato buscar el origen, una estupenda sorpresa fue encontrar a tan hermosa dama en medio de ese ganado de zombis, al sentirse observada volteo en dirección a mi y estúpidamente reaccione hundiéndome en el periódico, -Pendejo!- Pensé en voz baja.
Trate de observarla con mas disimulo, pero me era imposible, su blanca piel contrastaba de manera radiante con su cabellera obscura que era sostenida por un extraño broche, sin poder asegurarlo, parecía mirarme de reojo, sin previo aviso giro nuevamente hacia mi y sin darme tiempo de volver a esconder la mirada me observo y sonrió tímidamente, me quede frio de la impresión, quería sonreír y devolver tan amable gesto, pero me quede pasmado, inmóvil por la mirada tan penetrante que había recibido, la chica regreso a su posición original, -Pendejo, pendejo!!! Me regañaba a mi mismo.
Comencé a pensar en el plan perfecto, en el momento que volteara nuevamente le sonreiría de la misma forma, ese seria un gran comienzo, y justo cuando se levante para bajar la seguiré, no importa a donde, tenia que buscar las palabras perfectas para no verme como un acosador, no podía dejar pasar la oportunidad, pero que le digo? Maldita sea, nunca fui bueno para el primer encuentro.
Contaba las estaciones, tal vez tendría suerte y descendiéramos en la misma estación, de pronto comenzó a tomar sus cosas para preparar su bajada, -Ahora es cuando! Pensé, trague un poco de saliva como si fuera tequila para agarrar valor y despejar la garganta, paso a mi lado y me dije –Ahora wey, es el momento!. Me miró, volvió a sonreír y quede congelado, un sonido de alarma y frente a mi se cerraron las puertas, tanto del vagón como de conocer a tan bella mujer. Chale!!!
Como de costumbre, hoy realice la rutina clásica de camino a la fabrica, compre el periódico del día, pero no el amarillista sangriento, sino el de centro derecha izquierda (Como ellos mismos se definen) que me encanta por sus columnistas, camine por los andenes con calma para leer la pagina principal, sin cambios importantes respecto al diario de ayer, baje por las escaleras echando un vistazo a la masa amorfa que se amontonaba para entrar en los vagones en busca de una mirada conocida, al no encontrar a nadie, aborde acomodándome para seguir con mi lectura.
Transcurridas un par de estaciones de reojo pude observar una bella figura y la ráfaga aromática que desprendía tan lindo cuerpo me hizo de inmediato buscar el origen, una estupenda sorpresa fue encontrar a tan hermosa dama en medio de ese ganado de zombis, al sentirse observada volteo en dirección a mi y estúpidamente reaccione hundiéndome en el periódico, -Pendejo!- Pensé en voz baja.
Trate de observarla con mas disimulo, pero me era imposible, su blanca piel contrastaba de manera radiante con su cabellera obscura que era sostenida por un extraño broche, sin poder asegurarlo, parecía mirarme de reojo, sin previo aviso giro nuevamente hacia mi y sin darme tiempo de volver a esconder la mirada me observo y sonrió tímidamente, me quede frio de la impresión, quería sonreír y devolver tan amable gesto, pero me quede pasmado, inmóvil por la mirada tan penetrante que había recibido, la chica regreso a su posición original, -Pendejo, pendejo!!! Me regañaba a mi mismo.
Comencé a pensar en el plan perfecto, en el momento que volteara nuevamente le sonreiría de la misma forma, ese seria un gran comienzo, y justo cuando se levante para bajar la seguiré, no importa a donde, tenia que buscar las palabras perfectas para no verme como un acosador, no podía dejar pasar la oportunidad, pero que le digo? Maldita sea, nunca fui bueno para el primer encuentro.
Contaba las estaciones, tal vez tendría suerte y descendiéramos en la misma estación, de pronto comenzó a tomar sus cosas para preparar su bajada, -Ahora es cuando! Pensé, trague un poco de saliva como si fuera tequila para agarrar valor y despejar la garganta, paso a mi lado y me dije –Ahora wey, es el momento!. Me miró, volvió a sonreír y quede congelado, un sonido de alarma y frente a mi se cerraron las puertas, tanto del vagón como de conocer a tan bella mujer. Chale!!!